Un curador puede ser liberado de su obligación, o se pueden modificar sus deberes de tutela cuando el
Tribunal determine, por preponderancia de pruebas, que la persona ya no está discapacitada o que es lo
mejor para la persona con discapacidades. El Tribunal también puede eliminar o modificar a un curador
basado en el hecho de que el curador no ha cumplido con lo requerido por la ley o no actúa en el mejor
interés de la persona con discapacidades.